domingo, 5 de mayo de 2013

Hablando de Mirreyes y Princesos...


Hablando de Mirreyes y Princesos...

“Los hombres ya no saben si lo son, pero lo quieren creer”
Duncan Dhu “en algún lugar”

            Me queda claro que muy atrás quedaron los escritos de Carlos Monsivais donde nos describía acertadamente a los personajes que pululaban dentro de la selva de asfalto: los peladitos, pirruris, pachucos, cholos, chilangos etc. Venga, toda esa gama que enriquecía nuestra afición por clasificar aquello diferente a nosotros y que, por su misma incomprensión, nos causaban fascinación o al menos curiosidad.

            Ahora, el espacio donde estos personajes son concebidos a base de la exaltación de los estereotipos que perduran en la sociedad y proponiendo (o al menos reinventando) nuevos roles de género son nuestro entorno inmediato y favorito en la actualidad: las redes sociales.


            Es en este nicho donde surgen dos personajes que me han llamado mucho la atención, me refiero a los auto llamados "mirreyes" y a los de reciente surgimiento, me refiero por supuesto a los famosos "princesos".


De los primeros, me sorprende la enorme asimilación con que la juventud de mayor capacidad económica ha adoptado este suelto " estilo de vida " el cual consiste en la obtención de la satisfacción personal a través de lujos y bienes materiales con el mínimo esfuerzo y la mayor ostentación posible.

            Bajo este ideal visión todo es mercancía, capaz de ser adquirida al precio justo: la diversión, coches, bares, lujos, lobukis (título con el que se refieren a las chicas que los acompañan). En síntesis un exacerbado consumismo hecho tanto cultura, identidad y estilo de vida. El nuevo macho mexicano.

            Ahora, yéndonos al otro extremo, en últimas fechas han aparecido en las redes sociales los auto proclamados princesos, individuos altamente sensibles, empáticos y cargados con sentimientos de amor e ideales románticos, propios de cualquier princesa pero tropical izado al género masculino. El polo opuesto al mirrey.

            Está de más decir que de inmediato, este grupo fue blanco de una infinidad de agresiones, burlas, sátiras, y todo la peste que pueda caber en una publicación o en 140 caracteres. Lo cual resulta por demás irónico ya que, al parecer, esta idea surgió más como critica al estereotipo muy " rosado, cursi" propio de las princesas que Disney gusta ofrecer para reafirmar roles de género y que las chicas han sigue adoptando. 


            Lo más curioso es que el mayor anhelo de los princesos es el respeto a su identidad y supongo que también se asombró un interés romántico, al presentarse como una nueva opción de modelo de hombre para aquella dama que guste de hombres más sensibles y en contacto con su lado femenino.

            De cualquier manera, los personajes de cuentos ya no actúan en cuantos y leyendas o en explicaciones y estudios, si no en las res sociales. Que increíbles creaciones sociales nos depara el colectivo virtual?
Habrá que esperar….



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